Un llamado a la participación, un llamado a tomar responsabilidades
- Representare A. C.
- 16 ago 2023
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 12 dic 2023
México es un país pintado de mil colores...
... No solo en su cultura, sus artesanías y sus sabores, sino también en su gente, política, educación e incluso en el comportamiento social. Pasamos desde el momento en que somos una hermandad y nos apoyamos en tragedias sin importar nada más que ayudar, hasta el punto cero de la tolerancia y el respeto en algo tan cotidiano como el tráfico y no ceder ni medio centímetro, aunque eso implique chocar y tener que esperar al seguro por horas.
Sentimos orgullo de haber nacido en México y lo demostramos algún 15 de septiembre o en competencias deportivas entonando el himno nacional de tal manera, que hasta al más indiferente se le eriza la piel, pero al mismo tiempo somos quienes juzgan duramente todo lo que implica el “ser mexicano” y nos insultamos con nuestras propias raíces usando frases altamente despectivas, clasistas, hirientes y racistas con palabras que disfrazamos como “sentido del humor”.
La gente mexicana tiene creatividad e ingenio para hacerse notar en cualquier parte del mundo por lo que es muy apreciada la alegría y calidez que nos caracteriza, pero la otra cara de la moneda son los diversos problemas sociales que se han normalizado. Situaciones como la inseguridad, corrupción, clasismo, violencia y pobreza, no se les ve solución porque la participación de quienes nos dirigen, se ve rebasada ante factores como la escasa preparación, la convicción y el interés social entre otros, provocando en nosotros un sentimiento de inamovilidad social que nos mantiene atrapados en una esfera de poder donde solo somos espectadores, frágiles hojas al viento que no tienen el poder de decidir, solo el de sobrevivir, pero, ¿qué pasaría si tomamos conciencia y aceptamos la responsabilidad que nos corresponde como sociedad en estas problemáticas?
Porque para toda persona que haya nacido o vivido en México, es real el hecho de que aquí pasan muchas cosas que superan la ficción del mejor thriller que se pueda leer, pero también es real que como sociedad hemos caído en un bache al deshacernos de nuestras responsabilidades sociales. Levantamos el dedo para juzgar, para quejarnos de aquello de lo que somos víctimas, pero cuando hay que enfrentar la situación, nos volvemos cómplices de las salidas fáciles o ciegos ante la injusticia, promulgando el “mientras no me pase a mí”, porque creemos que es más sencillo y barato así, ¡gran error!
Así es, actuamos erróneamente, ya que este tipo de acciones promueven y motivan los males de los que somos víctimas todos los días. Pensemos en que, si de verdad queremos que las cosas en nuestro país cambien, debemos DECIDIR desactivar nuestra participación en cada círculo vicioso que podamos detectar y ACTIVAR la congruencia al ejecutar acciones que eliminen los males sociales en lugar de fomentarlos, que prevengan nuevos o que eviten su evolución. Hoy tenemos la responsabilidad de tomar consciencia, de sabernos importantes en todos los sentidos, de que la acción más pequeña suma a formar la sociedad que en conjunto vivimos y proyectamos, debemos estar convencidos de que esta puede ser mejor.
Estoy segura de que tú también estás cansado o cansada de la mala calidad de vida del país, y de la falta de equilibrio o aplicación correcta de la justicia. Sé que comulgas con aquella frase de “lo malo en México son los mexicanos”, que aunque es lamentable también es muy realista, y es justo por eso que hoy, es el momento ideal para poder cambiar de una forma positiva nuestro entorno social y jurídico.
El primer paso y el más importante es dejar de pensar en lo individual y vernos como un conjunto social.
Todo lo que haces, tiene una repercusión en tu entorno, del mismo modo que lo que hacen los demás, te afecta directa o indirectamente. Sé que hemos llegado al punto de ser indiferentes y pensar únicamente en la satisfacción personal, pensando que así debe ser para que no te fastidien. Pero si nos unimos en tragedias, ¿por qué no hacerlo en el día a día?
Nuestras acciones por muy pequeñas que parezcan, crean un todo, ¿no me crees?, reflexiona un poco, México tiene un número muy alto de robo de celulares, seguramente conoces a alguien o tú mismo has sido víctima de este delito del que el círculo vicioso es muy fácil de detectar: es tan lucrativo robárselos, porque hay quienes los compran; si todos queremos que el índice baje, debemos dejar de consumir lo que sabemos que es robado o dudamos de su procedencia. Debemos dejar de justificar nuestras acciones y omisiones, aceptar que nuestras decisiones repercuten en otras personas y que a cada justificación viene una consecuencia que daña a toda la sociedad. Recuerda que si hoy compras lo que fue quitado con violencia, mañana tu podrías ser quien sea violentado, pero si hoy evitas hacerlo, la red de apoyo crecerá, minimizando esta conducta hasta su desaparición. Lo mismo ocurre con nuestra participación en la justicia, si nos somos proactivos y nos informamos adecuadamente, buscamos las vías idóneas para participar en la administración y procuración de justicia al tiempo que compartimos lo que aprendemos, podemos maximizar el conocimiento de nuestros derechos y sabremos cómo hacerlos valer en el sistema mexicano.
¿Qué necesitamos para ser partícipes de este cambio?, empezar por quitarnos de la mente el “nomás tantito” y dejar de hacer lo que no nos gusta que nos hagan, esa una estupenda guía para cambiar tu aporte a la sociedad y tener un país más limpio, porque no tiras basura; bajar los índices de corrupción, porque no participas en ella; saber defenderte ante las injusticias, porque conoces qué hacer y a qué autoridad acudir para exigir que su actuar sea correcto. Todo es una cadena de beneficios que nos permitirán tener espacios y proyectos públicos de calidad a mediano y largo plazo. Porque debemos entender que hay que cuidar nuestro entorno como si fuera propio, para funcionar como sociedad y sobre todo como individuos. Si lo piensas un poco, son acciones muy sencillas de hacer, que generarán un bienestar mayor.
Decidir ser ciudadanos responsables y dejar de lado la indiferencia es lo que puede cambiar el rumbo de muchas cosas que no nos gustan, cambiarlo está en nuestro poder.
Para saber cómo solicitar la correcta aplicación de justicia y exigir a las autoridades lo que nos marca nuestra Constitución: “promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos”, podemos empezar por informarnos acerca de quiénes son y qué hacen nuestras autoridades encargadas de administrar y procurar justicia. No es muy diferente de estar al tanto de lo último en la vida de gente famosa, estar informado hará la diferencia cuando tengas que ejercer tu derecho a la justicia, debemos exigir a quienes se encuentran en fiscalías, juzgados y a los mismos cuerpos policiales el país donde vivimos.
Se que estamos muy sumidos en malas costumbres normalizadas y eso nos hace pensar que siempre serán las cosas tal y como están, pero el pensar así solo le conviene a la gente que está cómoda en la situación actual, si tú y miles de mexicanos no lo estamos, ¿qué esperamos para decidir cambiar lo que no nos gusta?
Iniciemos la creación de esas redes de información, representación y PARTICIPACIÓN.
En la opinión de:
Wendy Janet Pérez
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